El mejor alojamiento en el que hemos estado por el momento, es una familia que después de muchos años de trabajar de guía han construido una pequeña riad en las gargantas del dades para dedicarse a la hostelería. La riad está genial, habitación gigante, camas gigantes, unas terrazas muy acogedoras y una piscina muy chula. El padre de la familia genial, un hombre muy cercano que ha estado muy por nosotros y nos ha hecho sentir muy cómodos en todo momento. Y la comida genial también, era diferente a todo lo que hemos probado, algo diferente siempre se agradece, nos ha hecho 4 platos diferentes para la cena estilo experiencia gastronómica. El sitio está un poco escondido pero lo recomendamos al 100%, también recomendamos subir la montaña de detrás dónde conseguireis unas vistas increíbles